Los sueños y la convicción de una mujer desde un asentamiento

En el Estado de México se concentra el 17% de personas, a nivel nacional, que carecen de servicios básicos como agua potable, electricidad y una vivienda adecuada, sólo por mencionar algunas. Asimismo, es el estado con el mayor número de personas en condición de pobreza (9.46 millones), 49.6% de la población total, según Forbes México. Estos porcentajes se ubican principalmente en zonas rurales como el Cóporo, en donde existe un alto grado de marginación, según datos de SEDESOL.

Entre los 5,416 habitantes de la comunidad el Cóporo, ubicada en el municipio de Zinacantepec, se encuentra Martha Mejía Eligia de 54 años. Una mujer que ha dedicado toda su vida a trabajar para sacar adelante a sus cuatro hijos. A pesar de no saber leer ni escribir, siempre vio la manera de sacar adelante a su familia ella sola.

Sin tener un patrimonio cuando dio a luz a su primer hijo, se dio a la tarea de trabajar desempeñando diferentes actividades, entre las que incluye ayudar a una familia con labores domésticas y vender productos de repostería.

Aunque en repetidas ocasiones estuvo a punto de construir y hacerse de un patrimonio, por cuestiones de salud tuvo que aplazar sus sueños y seguir trabajando arduamente para conseguirlo. Sin embargo, esto no fue impedimento para que se diera por vencida. Después de varios años pudo hacerse de su casita que es en la que actualmente vive con dos de sus hijos y con cuatro nietos.

Ella siempre ha tenido la visión de poner un negocio de venta de telas, botones e hilos en su comunidad, pero se ha visto limitada, pues fuera de casa tiene su negocio de postres que le permite solventar algunos gastos de su familia.

Comenta que le encantaría aprender a leer y a escribir porque considera que es algo vital. A pesar de que ha podido llevar a cabo diferentes actividades, aprender a leer es una herramienta que le puede ayudar a alcanzar sus metas.

En 2015 se le presentó la oportunidad de adquirir una vivienda de emergencia por parte de TECHO y, a pesar de los diferentes comentarios negativos e incrédulos por parte de sus vecinos y otros habitantes, ella decidió participar. “Aún hay gente buena que quiere ayudar a los demás sin esperar nada”, comenta.

Así como Martha, aproximadamente 50 vecinos participan regularmente en levantamientos de información que se realizan semanalmente como parte de un diagnóstico.  Dentro de estos levantamientos de información se realizan actividades que tienen impacto tanto en la comunidad como en los vecinos. Dichas actividades consisten en jornadas de limpieza del río de la comunidad, talleres de prevención de enfermedades e higiene dental, sólo por mencionar algunos ejemplos.

“Es una experiencia que vas viviendo en cada sesión, ya que con las diferentes actividades que se realizan nos motivan a todos alcanzar nuestras metas y sueños”, asegura Martha.

Las sesiones que se realizan en la comunidad son enfocadas, principalmente, a que los vecinos mejoren su educación financiera y promover la cultura del ahorro dentro de la comunidad. Esto les permite crear su propio plan de ahorro, lo que les ayuda a cumplir metas personales.

Ella comenta que la principal razón por la que desea una vivienda es porque quiere un lugar en donde ella pueda estar tranquila y tener su propio espacio personal, sin alejarse de su familia.

Como resultado del trabajo de casi seis meses de trabajo por parte de los voluntarios de TECHO que acuden semanalmente a la comunidad, se detectó en conjunto con los vecinos de Cóporo, la necesidad de vivienda. Debido a lo anterior, en marzo de 2016 se construyeron 15 viviendas de emergencia, donde se vieron beneficiadas Martha y otras 14 familias más. Martha asegura que este es el principio de todos los planes a futuro que ella tiene.